En las montañas majestuosas de la Sierra Nevada de Santa Marta, donde los picos nevados se abrazan con el cielo y las aguas cristalinas fluyen libremente, nació una visión que cambiaría el mundo del café para siempre. Esta es la historia de Mónica Patricia Viloria Arrieta, una mujer valiente y visionaria, y del nacimiento de Café Katakanan.
El suelo de Pueblo Bello y la Sierra Nevada de Santa Marta tiene características particulares que lo distinguen de otras regiones cafetaleras de Colombia:
Los suelos de esta región son ricos en materia orgánica y nutrientes esenciales, lo que favorece el crecimiento de plantas de café sanas y productivas.
La altitud de la Sierra Nevada de Santa Marta, que varía entre 900 y 2,500 metros sobre el nivel del mar, junto con un clima favorable con temperaturas moderadas y lluvias bien distribuidas a lo largo del año, crean un entorno ideal para el cultivo de café arábica de alta calidad. Estas condiciones permiten que los granos maduren lentamente, desarrollando sabores complejos.
A diferencia de otras regiones donde el café se cultiva a pleno sol, en Pueblo Bello se practica mayoritariamente el cultivo bajo sombra. Esto mejora la calidad del café y contribuye a la sostenibilidad del cultivo al proteger el suelo de la erosión y mantener la biodiversidad.
Gracias a las condiciones específicas del suelo, la altitud y las prácticas agrícolas, el café de Pueblo Bello presenta un perfil de sabor único con notas a chocolate, nueces y otros matices, lo que lo diferencia de los cafés producidos en otras regiones del país.
El nombre “Katakanan” no fue elegido al azar. En la lengua de los indígenas, significa “Origen”, un tributo al lugar de donde proviene el café y a las raíces profundas que sostienen su cultivo. Mónica quería que cada sorbo de Café Katakanan transportara a quien lo bebiera a las montañas de la Sierra Nevada, permitiéndoles sentir la pureza de sus aguas y la frescura de sus vientos.
El café natural anaeróbico es un método de procesamiento del café que combina el secado natural de las cerezas con una fermentación en un ambiente sin oxígeno. Este proceso específico es utilizado para resaltar características únicas en el perfil de sabor del café, como la acidez y el dulzor.
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